El beísbol, el karate o el sumo siempre han tenido más protagonismo que el fútbol en Japón. Aun así, el país asiático tiene historia en el deporte rey.

Kazu Miura es una leyenda viva del fútbol japonés. Cuando era pequeño destacó en su escuela. Ya prometía ser un delantero con talento.

A sus 15 años, hizo las maletas y se fue solo a São Paulo, Brasil, con el objetivo de aprender y mejorar su nivel mientras se ganaba la vida trabajando.

Fue guía turístico, vendedor ambulante... Interiorizó la cultura brasileña y allí se inculcó una gran frase: “Boa Sorte Kazu”.

En Brasil fichó por la cantera del Juventus paulista. Llegó a jugar en equipos como el Santos o el Palmeiras, pero no terminó de consolidarse.

A pesar de no asentarse en el fútbol sudamericano fue considerado un héroe en su país. Le contrató el Yoimuri,  un club de un empresario millonario.

Con Kazu Miura como líder, el Yoimuri se rebautizó como Verdy y se integró  en la recién nacida J. League, el primer campeonato japonés profesional.

Su equipo ganó las dos primeras ediciones en una competición donde estaban prohibidos los empates. Era obligatoria una prórroga con gol de oro.  

Esta nueva competición llamó la atención de muchas figuras europeas  y americanas veteranas. El Mundial  de 2002 de Corea y Japón también provocó un éxito en todos los sentidos.

Tras ganar dos ligas con el Verdy, Miura se marchó al Genoa de la Serie A. Allí no triunfó por algunas lesiones  y discrepancias con su entrenador.

A pesar de su marcha, en Japón no dejó de crecer el orgullo hacia él. Era el jugador más valorado de su selección. Marcó un total de 55 goles en 89 citas. 

Fue una leyenda, pero como todo jugador se le quedó una espina clavada. No fue a Francia 98 por desencuetros personales con el seleccionador Takeshi Okada.

A sus 55 años es el único futbolista  que ha jugado en cinco décadas distintas. Ha estado en 4 continentes  y 14 clubes distintos. 

Miura es una leyenda, pero no solo por el fútbol. Kazu tiene una estrecha relación con la serie japonesa ‘Campeones’. El creador se inspiró  en él para crear a Oliver Atom.

Japón tiene grandes jugadores como Take Kubo, Gaku Shibasaki, Tomiyasu, etc., y grandes leyendas como Nakata o Nakamura, pero ninguno de estos supera a Kazu Miura. 

Ahora es jugador del Yokohama FC. Este año está cedido en el Suzuka Point Getters, donde lleva 18 partidos y dos goles. Es difícil saber quien es ficción  y quien realidad entre Kazu y Oliver.

Es un claro ejemplo de superación.  El futbolista aseguró en una entrevista con la FIFA que no cree “que llegue  a dejar nunca el fútbol”  y que quiere “morir en el campo”.