Por Marc Fontrodona y Ander Ordoño

Tiene tres oros olímpicos, 15 en X Games, 11 ESPY awards, el mayor patrimonio del snowboard y una historia increíble.

Antes de cumplir un año le operaron dos veces a corazón abierto por una cardiopatía congénita. 

Con 6 años cambió el esquí por el snowboard. A los 13 ya era profesional. El apodo se lo pusieron por el pelo que llevaba… largo y rojo. 

Tiene 23 medallas en X Games. 15 son de oro. 13 en disciplinas de snowboard y 2 en skate, una polivalencia que le hace muy especial.

Además de inventar trucos o encadenar seis oros seguidos, fue el primero en conseguir 100 puntos sobre 100 en una ronda. 

Su primer oro olímpico fue en Turín 2006. Tenía 19 años y su primera ronda le cambiaría la vida.

En Vancouver 2010 repitió victoria con su primera ronda. En la segunda, lejos de pasearse, tiró un truco que había inventado él (el Tomahawk).

En Sochi 2014 quería ganar el oro y retirarse. No pudo. Se hundió. Y no quería retirarse así…

El tercer oro llegaría en PyeongChang 2018. Cinco meses después de un accidente que le costó 62 puntos en la cara. 

Tras el 4º puesto en Pekín 2022, se retira. “Gracias, snowboard, has sido el amor de mi vida”, decía nada más terminar. 

Con todo, es el snowboarder profesional con mayor patrimonio: se calcula que más de 60 millones de dólares. 

En redes sociales, donde es muy activo, le siguen millones de personas porque da mucho juego. Así se disfrazó en Halloween… 

El episodio más oscuro de su vida es la denuncia por acoso sexual de la batería de su banda Bad Things, Lena Zawaideh. Acabó en acuerdo. 

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