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España es campeona de Europa y en la tarde-noche del lunes, de vuelta en Madrid, los jugadores lo celebraron por todo lo alto con los aficionados.

Tras las visitas a la Zarzuela y Moncloa, la rúa inició su recorrido por las calles de la capital, rumbo a Cibeles.

Fuente: @leonortt_

Allí se esperaba una fiesta a lo grande. Desde primera hora de la tarde llegaba gente para intentar coger el mejor sitio.

La Puerta de Alcalá también se abarrotó de hinchas esperando  que pasara la caravana de la selección.

Entre las visitas y meter a todos en el bus, hubo cierta demora. Con música y cánticos improvisados, la gente hacía tiempo y celebraba el título.

Si la Eurocopa tenía a su saxofonista, las calles madrileñas contaban con su trompetero particular  para amenizar la tarde.

En la espera, algunos incluso montaron un partido de tenis improvisado, aprovechando la ocasión para celebrar la victoria de Alcaraz en Wimbledon.

No se vivieron incidentes reseñables salvo algunos que intentaron conseguir mejores vistas subiéndose a paradas de autobús y dañando mobiliario urbano.

Finalmente pasó la caravana, comandada por Carvajal. Todos los jugadores lo pasaban en grande. El seleccionador De la Fuente, a la cola del bus, estaba más comedido.

Mucha gente siguió al autobús mientras terminaba el recorrido. Alguno atajó por el césped de la Puerta de Alcalá para no quedarse atrás.

Con la llegada de la selección a Cibeles todo el público se volcó. Corearon y aplaudieron a todos los protagonistas.

Uno de los cánticos que más se pudo escuchar, y que luego repitieron en varias ocasiones los futbolistas, fue: “Gibraltar es español”.

El público tenía a sus favoritos: Nico Williams, Lamine Yamal, Carvajal y, sobre todo, Cucurella, fueron los más aclamados.

La fiesta no acabó ahí, y es que se trasladó al transporte público madrileño, donde continuaron los cánticos y la celebración en el camino de vuelta a casa.