El 16 de mayo, Bren Orton desapareció practicando kayak entre las corrientes traicioneras y las cascadas del Melezza.

Dos semanas después, el cuerpo sin vida del palista de 29 años apareció en el Lago Mayor de Suiza, a unos 40 kilómetros.

Se va un hombre que conquistó Big Banana (México), la segunda cascada más grande que se había descendido (casi 40 metros).

Un hombre cuya historia de amor con este deporte empezó con una excursión escolar cuando tenía 9 años. Al volver pidió un kayak.

Con 16 años gastó todo lo que tenía para viajar a Uganda y remar por el Nilo Blanco antes de que construyeran una presa.

Después de eso empezó su carrera con el freestyle, inventando incluso trucos como el Slim Chance.

Compitió internacionalmente por Gran Bretaña en el Campeonato Mundial de Canoa Freestyle ICF 2015 en Ottawa y llegó a la final.

Antes de ser profesional, trabajó de sepulturero, teleoperador, obrero e incluso participó en ensayos clínicos para pagarse sus viajes.

Sus primeros acuerdos de patrocinio y sus seguidores en redes sociales (60K en Instagram o 30K en YouTube) le convirtieron finalmente en profesional.

Se mudó a Innsbruck (Austria) y viajó a Pakistán, India, Estados Unidos, Austria, Noruega, Canadá, Chile, México, Uganda, Zambia y Japón.

En 2019 cumplió el sueño de remar en el desfiladero de Tsangpo, alimentado por el Himalaya y con algunas de las aguas bravas más salvajes.

Orton no era ajeno a los peligros del kayak. Ha visitado el hospital en más de una ocasión durante sus aventuras.

El kayakista británico decía que lo más importante que el kayak le ha enseñado es la paciencia, ya que impregna todos los aspectos del deporte.

Pero ni la paciencia ni la experiencia le salvaron en el río Melezza y el kayak pierde a uno de sus referentes. Descanse En Paz.

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