A sus 23 años, Cole Palmer  se ha consolidado como una  de las grandes estrellas en el panorama del fútbol mundial.

Sin embargo, en los tiempos  que corren, una gran estrella  no solo se forja en el terreno  de juego, sino también fuera de él.

Palmer ya quiso dejar huella  con su celebración. Aunque antes  ya la habían usado otros jugadores,  el inglés la convirtió en icónica.

Su creciente popularidad lo llevó  a registrar la famosa celebración del ‘chico frío’ en la Oficina de Propiedad Intelectual como ya hicieron  Olmo, Mbappé y Bellingham.

Esto no impedía que otros celebren como él, pero sí garantizaba  una compensación económica  si esa celebración se llevaba  a cabo con un fin lucrativo.

Ahora, Palmer se ha propuesto  crear su propia marca personal. ‘Cold Palmer’ ha dejado de ser un apodo, para convertirse en una identidad.

Al igual que hizo Cristiano Ronaldo con ‘CR7’, Palmer ha solicitado  el registro de su apodo como marca para una amplia gama de productos.

Estos productos van desde la ropa  y los artículos de cuidado personal, hasta las bebidas alcohólicas  (licores, cócteles, vino…).

Para su sorpresa, el proyecto  del vino le ha generado una disputa legal con ‘Château Palmer’,  una reputada empresa francesa.

“La similitud entre ambos nombres generaría confusión entre los consumidores y afectaría a nuestra reputación”, alegó la empresa.

Con dos siglos de historia, algunas  de sus botellas superan los mil euros de precio. Ahora han presentado  su oposición formal a esta decisión.