¿Quién diría que no a entrenar  al Bayern? Lo que hace unos años era un puesto irrechazable, ahora se está convirtiendo en una ‘silla eléctrica’  de entrenadores.

Todo arrancó con el no de Xabi Alonso. Era la primera opción, pero el tolosarra declinó la oferta para seguir una temporada más en el Leverkusen.

Después, el Bayern tocó la puerta  de su segunda opción: la vuelta  de Julian Nagelsmann apenas  un año después de haberle despedido.

Estaba todo hecho, pero el técnico les rechazó a última hora. ¿Los motivos? Seguir al frente de la selección alemana y reticencias de la directiva.

Tras los dos rechazos, el club fue  al tercer escalón. Había dos opciones: Ralf Rangnick y Roberto de Zerbi,  y se acaban decantando por el primero.

Creían que Rangnick era el indicado para hacer una reconstrucción,  le hicieron una oferta pero también  la rechazo ya que prefirió seguir  siendo seleccionador austriaco.

La otra alternativa, Roberto de Zerbi, quedó descartada también,  ya que suponía mucho dinero,  por lo que buscaron nuevas opciones.

Fueron: Zidane, con el que no se llegó  a nada; Flick, que se descartó  ya que no lo consideraban el indicado  y Lopetegui, que ha acabado firmando por el West Ham.

De esta forma, el Bayern llega a mayo sin entrenador y con siete puertas cerradas. En este punto, los jugadores han pedido al club que siga Tuchel.

¿El problema? La directiva decidió hace unos meses echarle cuando terminase la temporada y ha habido muchas discrepancias entre ambas partes.

Sin ir más lejos, 48 horas antes  del Madrid-Bayern, Uli Hoeness, presidente bávaro, le criticó públicamente, a lo que Tuchel respondió “profundamente ofendido”.