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Jorge Cuesta
PROHIBIDO
El Elche ha prohibido su venta y consumo en el Martínez Valero por las plagas de ratas y palomas que atraen sus cáscaras
COMER PIPAS
Comer pipas en las gradas de un estadio es casi una obligación para muchos fans. En el Martínez Valero este hábito tiene los días contados.
La directiva del Elche ha cortado por lo sano y ha prohibido su venta y consumo por los deterioros que causan las cáscaras en su estadio.
Tuberías obstruidas, numerosas butacas deterioradas… Hasta plagas de ratas y palomas se asoman por el Martínez Valero, según el propio club.
Es por ello que, aunque no pretenden sancionar a los aficionados, llaman a la “responsabilidad colectiva” para contribuir a la limpieza del estadio.
La medida se aplicará desde este sábado, cuando el Elche, líder, dejará casi sentenciado el ascenso a Primera si vence al Levante, que es segundo.
No es el primer club alicantino que plantea algo así. En 2012, el Eldense colocó carteles en el Pepico Amat que advertían la misma prohibición.
El Racing también rema en la misma dirección. Desde 2019, el reglamento de El Sardinero incluye el consumo de pipas como motivo por el que un fan podría ser expulsado del estadio.
En San Sebastián optaron hace años por una solución más diplomática. La Real Sociedad repartió recipientes para que los aficionados pudiesen echar cáscaras de pipas y pistachos.
Al finalizar el partido, podrían depositarlas en unos contenedores naranjas habilitados exclusivamente para los restos de este fruto seco.
Esas cáscaras se mezclan luego con otros residuos y se transforman en sacos de abono, que se reparten por distintas huertas de Guipúzcoa.