Fundado en 1876 como el club más longevo de Londres y con una decena de títulos en sus vitrinas, el Fulham es un equipo histórico en Inglaterra.

Ahora mismo no atraviesa su mejor momento, pero ha logrado asentarse en Premier tras varios años. La clave, los partidos en Craven Cottage.

Allí es donde el conjunto blanquinegro se hace más fuerte. Nueve de las trece victorias de esta temporada las ha conseguido jugando en su estadio.

El 75% de sus puntos en Premier los ha obtenido jugando de local. En casa promedian más puntos que Dortmund, Mónaco, Chelsea o Nápoles.

De hecho, si en Croven Cottage sumara igual que lo hace jugando como visitante, estarían penúltimos con 12 puntos de 63 posibles.

Para no perder esta dinámica, Marco Silva, técnico del Fulham, obligará a sus jugadores a regresar a casa en bici tras cada derrota como local.

De esta manera, aquellos futbolistas que residan en la ciudad deportiva del club, en Motspur Park, deberán pedalear durante once kilómetros.

Esta tendencia de implantar un sistema de multas originales está en alza ya que las económicas no suelen tener efecto.

Rangnick, ex entrenador del Leipzig, instaló una “ruleta de la muerte” con castigos al azar para los jugadores que llegaran tarde o se pasaran de peso.

Hacer de utillero, limpiar el comedor, entrenar vestido de bailarina o hacer regalos a todo el ‘staff’, eran algunas de las sanciones que recogía.

Sin ir más lejos, Ten Hag obliga a su plantilla a cumplir un código de vestimenta en cada concentración. Lo envía por correo un día antes de viajar.