Jorge Cuesta

MOURINHISMO

SE APAGA EL

El técnico portugués pierde fuerza en Fenerbahçe, que ve lejos sus opciones de levantar un título este año

Mourinho llegó este año a Estambul con la misión de devolver la gloria al Fenerbahçe pero, casi 1 año después, las cosas siguen igual en Turquía.

Se acercan tiempos oscuros. Están fuera de Europa League y copa, han sucumbido en los tres clásicos ante Galatasaray y ni siquiera dependen de sí mismos para ganar la liga.

La directiva le trajo todo lo que pidió: Diego Carlos, Škriniar, Talisca... hasta En-Nesyri, fichaje más caro en la historia de Fenerbahçe, por 20M€. 

Nada parece haber sido suficiente, y es que la etapa de Mourinho allí ha estado más marcada por polémicas que por méritos deportivos.

La última, en copa: tras una tangana, Mourinho agarró de la cara a Okan Buruk, técnico de Galatasaray. Una nueva versión del dedo en el ojo a Tito Vilanova.

Un par de meses atrás ya lo habían sancionado por presuntos tintes racistas cuando dijo que Okan Buruk "saltaba como un mono".

Al poco de llegar a Turquía, puso un ordenador delante de una cámara de televisión en pleno partido para que todo el mundo viese un error arbitral.

También simuló quedarse dormido y roncar ante las largas preguntas de los periodistas turcos en rueda de prensa tras perder en Europa League.

Pero es que, en lo futbolístico, el dato es demoledor: ni una sola victoria ante ninguno de los 5 primeros de la liga turca este año. Un desastre en cada partido clave.

La ilusión e impacto mediático que generó su llegada a Estambul no parece que vaya a ser suficiente para romper la maldición del Fenerbahçe: diez años seguidos sin ganar la liga.