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Mariano Tovar
DANZAR
Cuando bailar deja de ser un placer y se convierte en una pesadilla
HASTA ROMPER RECORDS
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En Estados Unidos, los maratones de baile suelen durar entre 12 y 24 horas. Son comunes en universidades y eventos benéficos, aunque con reglas muy flexibles y variadas.
En 1923, Alma Cummings bailó durante 27 horas seguidas en Nueva York. Agotó a seis chicos que no pudieron seguirle el ritmo. Fue el origen de los maratones de baile.
En los años 30, esos maratones de baile eran espectáculos públicos. Las parejas bailaban durante más de 40 días seguidos por desesperación económica en plena Gran Depresión.
En 1932, una pareja en Seattle bailó más de 3.000 horas. Dormían abrazados y se seguían moviendo para no ser descalificados.
Hoy en día, los récords de baile se regulan con normas estrictas: pausas cronometradas, testigos certificados, grabaciones continuas y control médico.
Shrusti Jagtap, una joven india de 16 años, logró bailar durante 127 horas seguidas sin parar en 2023. Su hazaña duró cinco días y le valió el récord Guinness de maratón de baile.
El estilo que eligió fue Kathak, una danza clásica del norte de la India. Para lograrlo, se preparó durante 15 meses de entrenamiento.
Antes de Shrusti, el récord lo tenía Bandana Nepal, quien bailó 126 horas en 2018. Shrusti superó esa marca por una hora exacta.
Las reglas del Guinness permiten solo 5 minutos de descanso por cada hora bailada. Shrusti aprovechó cada pausa para dormir, comer algo ligero, hidratarse y cambiarse de ropa.
El evento se realizó en el auditorio de su escuela, donde familiares, amigos y profesores. Fue vigilada constante por jueces para validar el récord.