Con ocho temporadas y cuatro títulos a su espalda, hace ya tiempo que Antoine Griezmann se convirtió en toda una institución en el Atlético de Madrid.

Recientemente, además, superó al mítico Luis Aragonés como máximo goleador histórico del club, con un total de 175 tantos en su casillero.

El atacante francés es clave en el esquema de Simeone. Con casi 2.400' disputados es el jugador de campo más asiduo en el once titular colchonero.

Por esa razón, ‘El Principito’, ha participado en el 90% de los partidos. Casi la mitad de la producción ofensiva de los rojiblancos pasa por su pies.

La temporada pasada acabó siendo el máximo asistente de las 5 grandes ligas europeas, con 16 pases de gol. Fue nombrado MVP de LaLiga.

Este año ya suma 23 contribuciones (18 goles y 5 asistencias) y de seguir esta progresión, superaría las 40 de su mejor temporada hasta ahora, la 17-18.

Según Besoccer, el francés de 33 años ya está en niveles de aquella campaña, en la que además ganó el Mundial y fue tercero en el Balón de Oro. 

Omnipresente sobre el verde, Griezmann se ha convertido en un todocampista sin demarcación fija. Ahí reside la clave de su éxito.

Es común ver al francés bajando a recibir para dar fluidez al juego y aportar su innegable calidad a la salida de balón del Atlético.

No obstante, suele pisar área rival y buscar zona de remate desde la frontal del área, cuando los carrileros se suman al ataque.

Preciso al primer toque, generoso en el repliegue y posicionalmente impecable, Griezmann, está en el mejor momento de su carrera deportiva.