Jordi Amat comenzó su carrera en las categorías inferiores del Espanyol. Allí demostró tener una gran proyección como central.

No obstante, nunca logró asentarse en ningún equipo. Pasó por Rayo Vallecano, Betis, Swansea City y KAS Eupen, en Bélgica.

Cerca de la treintena aceptó una oferta del Johor Darul Ta’zim, un equipo de Malasia. Allí ganó todos los títulos nacionales en su temporada debut.

Pero lo más importante es que conectó con sus orígenes. Parte de su familia proviene de Siau, una de las islas más grandes de las 17.508 de Indonesia

Allí, su tatarabuelo fue proclamado rajá de la isla, título nobiliario equivalente al de rey. La abuela de Amat fue, por tanto, princesa de Siau.

“Cuando era pequeño, mi abuela me contaba la historia de que yo era el príncipe heredero de una región de Indonesia”, dijo Amat en una entrevista.

Por ello, hace aproximadamente un año, se nacionalizó como indonesio y heredó el título. Ahora es príncipe de Siau, isla con 22.000 habitantes.

De hecho, a pesar de haber disputado 29 encuentros en las inferiores de La Roja, ya ha sido convocado con la selección de Indonesia.

En total ha jugado diez partidos, el último de ellos hace unos días ante Filipinas. Además, disputará la Copa Asiática en enero de 2024.

Es más, Amat ya maneja el idioma local, el bahasa, y ha prometido involucrarse con su comunidad, aunque se dedique primordialmente al fútbol.

“Mi misión es trabajar por el pueblo y hacer alguna aportación económica”, afirmó Amat, cuya persona recibe el tratamiento de Alteza Real.