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Jorge Cuesta
MINUTO DE SILENCIO
POR UN VIVO
Petko Ganchev recibió un homenaje un tanto innecesario por parte del Arda búlgaro, su ex equipo.
Imagina volver a casa tras hacer unas tareas y que tu mujer te reciba en el jardín… diciendo que has muerto. Algo así le pasó a Petko Ganchev.
Ocurrió esta semana en Bulgaria. A los directivos del Arda Kardzhali le llegó la noticia de que una leyenda del club en los años 70 había muerto.
Decidieron organizar un minuto de silencio para rendir homenaje a Petko. Los casi 1000 espectadores se rendían en aplausos al finalizar.
Su equipo perdía al descanso, pero lo surrealista llegaría después. Arda, en mitad de partido, aclaraba con un comunicado que Petko estaba vivo.
El 1-1 final pasó a un segundo plano para la familia Ganchev. La mujer de Petko no paraba de recibir pésames de distintos amigos y familiares.
El búlgaro, a sus 78 años, estaba haciendo unos recados. “Entré al patio y mi mujer me saludó entre lágrimas”. No entendía qué pasaba.
Petko, que militó allí 5 años en los que marcó más de 120 goles, había resurgido de entre los muertos. “No sabía si reír o llorar”, decía.
No emprenderá acciones legales contra el club, pues asegura que se tomó la situación con una sonrisa… y sirviéndose una copa de Brandy.
No es la primera vez que ocurre en el fútbol. En 2009, el inglés Tommy Farrer, ex del Bishop Auckland, salió a por el periódico… y, al volver, todos lloraban su incorrecta muerte.
A Congleton Town le ocurrió con Fred Cope, su abonado más longevo. Cuando los jugadores formaban un círculo, Fred entró al campo.
Sin demasiado éxito, intentaron tapar el ridículo diciendo que el homenaje era a Bobby Moore, capitán de la Inglaterra campeona del mundo, que había fallecido unos días antes.