En las últimas temporadas y a raíz del despilfarro económico de clubes como Chelsea o United, la FA se ha tomado muy en serio el control financiero.

O por lo menos, puede decirse que lo ha intentado porque diez de sus equipos han encontrado una forma de saltárselo... Usando canteranos.

Todo comienza con el nuevo sistema de amortizaciones de la Premier: establece que un traspaso se divide entre el número de años de contrato que firma.

Si, por ejemplo, el Chelsea ficha a un jugador por 50 millones y firma cinco años, tendrá que ingresar diez millones en ventas cada año que éste dure.

Si el equipo decide venderlo antes de que se cumpla este contrato, el Chelsea en este caso, seguirá teniendo que igualar sus cuentas; no es rentable.

Es una forma de que los clubes más humildes puedan competir con los que tienen un poder adquisitivo más alto, como el City, el Newcastle o el United.

Y aquí está la trampa. Los fichajes de canteranos no funcionan igual ya que no se amortizan, por lo que se han convertido en el negocio perfecto.

Es por ello que, durante este mercado, hemos presenciado fichajes tan caros y extraños por parte de canteranos casi desconocidos en Inglaterra.

El Tottenham pagó 41 millones por Gray valiendo 18, el Newcastle 41,2 por Elliot Anderson valiendo 15, y el Chelsea 22,5 por Kellyman valiendo 1.

El Everton, por ejemplo, vendió a un canterano por 12 y compró a otro por 11; ni ingresa ni pierde, pero gana 'dinero limpio’ para sus amortizaciones.

De esta forma, los clubes colaboran haciendo trampas. La Premier League lo detectó e investigó, pero no puede tomar cartas en el asunto.