Luis Suárez ha sido uno de los mejores delanteros de este siglo. No en vano ha sido capaz de anotar más de 550 goles durante su carrera.

Desde su debut en 2005 no ha dejado de marcar allá por donde ha pasado. Por ello, ha alzado 18 títulos en cuatro equipos diferentes.

No obstante, su última etapa en el Barça no fue la mejor. Se lesionó la rodilla y, con la pandemia de por medio, no pudo recuperarse del todo.

Aun con ello, después pasó por Atlético y por Nacional, donde también ganó títulos. Pero su etapa en Gremio ha sido la más dura con diferencia.

Aunque su ritmo goleador no ha bajado, en una entrevista a 100% Deporte ha confesado que sufre para llegar en forma a cada encuentro.

“El que habla es mi cuerpo y el dolor que siento en el día a día es mucho”, dijo. Incluso dice que ni si quiera puede jugar al fútbol con su hijo.

“Las noches previas a los partidos, tomo 3 pastillas y me inyectan Voltaren, si no, no puedo jugar”, reconoció el delantero uruguayo.

A sus casi 37 años, todos los focos estaban puestos sobre el Inter Miami como próximo destino tras rescindir su contrato con Gremio.

El charrúa se marcha por todo lo alto: 43 contribuciones de gol en 53 partidos. Este domingo se despidió de su afición en el Arena do Gremio.

La MLS suele arrancar a finales de febrero, por lo que aún tendría casi tres meses para descansar y prepararse.

Cuando muchos daban por hecho su reencuentro con Jordi Alba, Messi y Busquets, su gran lacra, las lesiones, han reaparecido en el peor momento.