Marcelo ha hecho historia al alzarse  con la Copa Libertadores a los 35 años con el Fluminense, el club de su vida.  La primera que ganan en 63 años.

Hace algo más de un año, el carioca abandonó el Madrid para aventurarse en el Olympiakos griego. Solo 3 meses después puso rumbo a Brasil.

Marcelo volvía al club que le había visto crecer 16 años después, cumpliendo la promesa que le hizo a su abuelo de niño.

Su abuelo, Pedro Vieira, era quien  le pagaba el equipamiento y los billetes de autobús para ir a entrenar cuando era pequeño.

De hecho, vendió su casa para comprarse un coche y poder llevarlo él. Es por eso que Marcelo tiene tatuado un Volkswagen Escarabajo en el brazo.

Aunque falleció en 2014, Marcelo  ha logrado cumplir el sueño de su abuelo al levantar su primera Libertadores ante Boca Junior.

El partido fue dramático.  Los 90 reglamentarios acabaron  con empate y fue en la prórroga cuando los brasileños se adelantaron.  Ambos conjuntos acabaron con 10.

Incluso la previa del partido, en Maracaná, fue inédita. Hasta 100.000 argentinos viajaron para animar a su equipo. Solo 23.000 con entrada.

Ello derivó en altercados entre hinchas, y aunque se habló de la posibilidad  de jugarse a puerta cerrada, finalmente hubo un ambientazo en el estadio.

Tras el encuentro, Marcelo dejó  un recado a conjunto merengue:  “El Madrid lo entenderá. Es mi título más importante a nivel de clubes”, dijo.

Con ello, además, ha pasado a la historia al convertirse en el 14º jugador en ganar Libertadores y Champions, junto a otros como Cafú o Ronaldinho.