Marco González

DE POGACAR

Nos ha acostumbrado a ganar a ritmo de recital

LAS LOCURAS

Su primera genialidad llegó en La Vuelta 2019. Camino de Gredos, una escapada en solitario le aupó a su primer podio en una grande.

Dentro de su extenso catálogo, su actuación La Planche des Belles Filles ocupa un lugar especial. Se salió del mapa para arrebatarle el Tour a Roglic.

Su segunda victoria general en la Grande Boucle la consolidó pronto, con una exhibición en la etapa 8. Endosó más de 2 minutos a sus rivales directos.

Por si había dudas de su polivalencia, Pogacar también empezó a arrasar en clásicas. Con un ataque en bajada, dejó atrás al resto de favoritos con facilidad en la Strade Bianche.

Su segundo éxito en Tirreno (2022) llegó con otra cabalgada marca de la casa. Sólo seis ciclistas quedaron a menos de 2' en Carpegna.

Su dominio sobre la tierra de la Toscana lo trasladó a tierras españolas para ganar la Clásica Jaén pese a sufrir un pinchazo en el tramo final.

Para sentenciar su primera París-Niza (2023) se marchó como quiso de Gaudu y Vingegaard en la última etapa. Reverencia en el Paseo de los Ingleses.

El Tour de Flandes parecía coto privado de los grandes especialistas del pavés, hasta que llegó Pogi. Su ataque en el Oude Kwaremont, histórico.

Dos semanas después, Pogacar inició su paso por las Ardenas conquistando la Amstel Gold Race. Su ataque a casi 30 km de meta fue definitivo.

Su tercer título en el Giro de Lombardía fue el más aplastante de todos. A más de 30 km del final, el esloveno se fue bajando y machacó subiendo.

En la Strade de 2024, Pogacar dio un paso más. Atacó a 80 km del final y nadie pudo alcanzarle. Skujins, 2º, llegó a meta a 2:44 del esloveno. Bestial.

Las últimas maravillas de la lista. Hasta cuatro etapas ganó Pogacar en la Volta a Catalunya, con exhibiciones en Vallter 2000 y Queralt. Otro nivel.