Austin Reaves está siendo uno de los grandes sostenes de los Lakers.

No drafteado y de aspecto nada glamuroso, se ha ganado el respeto de la afición y de LeBron en tan solo dos temporadas.

Con instinto ofensivo y tiro exterior, se maneja bien en ambos lados de la pista y controla muy bien el balón.

Tiene una gran capacidad para gestionar los momentos importantes, haciendo muchas cosas bien y muy pocas mal.

Igual que Alex Caruso antes que él (la Mamba Blanca) Reaves también lleva un apodo asociado a Kobe Bryant: Hillbilly Kobe, el Kobe paleto, el de los páramos rurales.

El apodo se lo puso un entrenador de la Universidad de Oklahoma, a la que llegó tras pasar dos años en Wichita State, tras crecer en una granja perdida de Arkansas.

Su sobrenombre vino genial: él y su abuela eran fanáticos de Kobe y ambos veían juntos los partidos del escolta.

En Oklahoma hizo ruido, con 18,3 puntos, 5,5 rebotes y 4,6 asistencias. Condenado a la segunda ronda del draft, optó por no ser elegido y tener manos libres para manejar su futuro.

Lo consiguió: los Lakers le ofrecieron un contrato y se coló en la rotación ante la plaga de lesiones de la temporada pasada.

Tras los 7 puntos promediados el curso pasado, se ha ido a 13 esta temporada rozando el 40% en triples.

Su personalidad en pista y su capacidad para controlar el tiempo de los partidos le han permitido ser respetado por compañeros y rivales.