Reinier llegó al Real Madrid en 2020 con un promedio de goles por minuto más alto que el de Vinicius o Rodrygo en Brasil. Le llamaban 'el nuevo Kaká'.

Sus padres hasta le hicieron una sala en su casa con trofeos y camisetas del brasileño. La que no está, seguro, es la de su estreno con el Real Madrid.

A pesar de haber costado 30 millones, se irá al Atlético Mineiro sin debutar con los blancos y tras una enigmática carrera repleta de cesiones fallidas.

Se mudó a Europa tras cumplir los 18. Solo llegó a jugar tres partidos con el Castilla antes de llegar la pandemia. Logró marcar 2 goles y 1 asistencia.

Lo cedieron 2 años al Dortmund. Lo curioso es que su primera titularidad llegó... en la última jornada de liga. Ni Favre ni Terzić contaban con él.

Llegó Rose al banquillo alemán y el Madrid confió en que la situación del brasileño mejoraría, pero no: primera titularidad en liga a finales de abril.

Volvió a España a probar suerte en el Girona, pero se perdió cerca de medio curso por lesiones. Al año siguiente tampoco se asentó en el Frosinone.

En Granada era fijo, pero apenas logró marcar un gol en todo el año pasado. En el Madrid tampoco contaban con él en pretemporada. Estaba sin opciones.

El Madrid lo habría dejado irse libre a cambio de mantener un 50% de sus derechos. El de Reinier no ha sido el mejor negocio de Florentino Pérez.

Reinier subrayó el calor de su nueva afición al llegar al aeropuerto y dejó un dardo. "Necesitaba este cariño, y hasta ahora no lo había tenido".