Ruud Van Nistelrooy pasa los lunes al sol desde hace una semanas. El neerlandés, delantero de época, ahora sufre la dura vida de los banquillos.

Mientras los goles siempre le aseguraron estar en los mejores clubes, Ruud se ha dado con la realidad de los entrenadores: gana, pero se va.

 Ruud y el PSV han separado sus caminos en el punto más alto de una nueva relación de formación y desempeño en la élite.

El neerlandés perforó redes en Países Bajos, Inglaterra, Alemania y España. Tras retirarse en el Málaga, el PSV le abrió las puertas de nuevo.

Tras ayudar a la Oranje como segundo, Ruud se dedicó a formar a los atacantes de Eindhoven siendo entrenador de delanteros de la cantera.

Este tuvo que apagar algún incendio en el primer equipo y asumió sus primeros trabajos como entrenador en el sub 19.

Para empezar la 22-23, el PSV cerró el proceso: Ruud Van Nistelrooy sería su entrenador de pleno derecho tras años de preparación.

A pesar de la marcha de Gakpo tras el Mundial, Van Nistelrooy sacó al mejor Xavi Simons y un buen De Jong. Su primer PSV marchaba bien.

Aún así, el PSV de Van Nistelrooy cumplió con títulos ganando la Supercopa y la Copa. La primera cayó tras un épico partido (3-5) ante el Ajax.

 En Copa, echaron al Emmen, Ado Den Hag y Spakenburg antes de ganar al Ajax en la final. Dos éxitos ante uno de sus grandes rivales.

En Europa, no pasaron la ronda previa a la Champions. En la Europa League, cayeron ante el Sevilla, aunque rozaron la remontada.

En Liga, Van Nistelrooy dejó al PSV segundo, algo alejado del Feyenoord, pero con la Champions segura… aunque no llegó a terminarla. Antes, dimitió.

El histórico goleador dejó el PSV a una jornada del final de liga. No se sentía apoyado por la directiva y menos, por el vestuario, donde aseguran que tenía una revuelta en ciernes.

Ruud se marchó y ahora, espera un nuevo proyecto al que llevar al éxito tras ganar con el PSV. Tiene todo el verano por delante...