Segundo Castillo llegó a jugar en la Premier en los 2000. Ahora, está siendo noticia por sus dotes de entrenador. Más bien, de vestimenta.

Su último pase de modelos llegó en Libertadores contra River Plate. Su traje y pajarita rosas dejaban en un segundo plano el empate logrado ante los argentinos.

Y es que, desde que asumió el cargo de entrenador del Barcelona de Guayaquil en octubre, ha mostrado su otra afición oculta: le apasiona el mundo de la moda.

Una afición suya… y de su familia. En una reciente entrevista reconoció que sus trajes los escoge su esposa. “Si ella me ve lindo, con eso me basta”.

Todo empezó en marzo, cuando se midió al Corinthians de Depay en Libertadores. Su esmoquin blanco sirvió para festejar el 3-0 de la ida.

Perdieron en la vuelta, pero lograron pasar a la fase de grupos. En sus dos partidos en esta siguiente fase aún no conocen lo que es la derrota.

La intensa lluvia de Guayaquil no frustró su elegancia, pues en su debut continental ante Independiente del Valle estrenó un elegante traje de esmoquin negro.

El estándar de calidad es idéntico al de su ropa. “Me visto elegante porque quiero estar a la altura de la plantilla y del club donde entreno”.

En cada partido internacional del Barcelona hay expectación por saber con qué nuevo modelo sorprenderá esta vez a Sudamérica.

Mientras, en liga opta por vestir un estilo mucho más informal. Allí, han empezado como un tiro y son líderes con 5 victorias en 6 partidos.