Blas Díaz

USAIN BOLT

Su reciente lesión en un partido benéfico es el último episodio  de una relación fallida con el fútbol

Y SU 'ESPINA CLAVADA'

Es una de las imágenes del pasado fin de semana. Usain Bolt salió en camilla de Stamford Bridge por una lesión  de Aquiles en un partido benéfico.

Conocido por sus récords mundiales  en atletismo, el jamaicano intentó dedicarse profesionalmente al fútbol y dio una vuelta al mundo para ello.

Ya en 2012, con 24 años, el velocista soñaba con cambiar de deporte y se creía “suficientemente bueno para jugar en el Manchester United”, su equipo.

No fue hasta 2018, un año después de su retirada como atleta, cuando  se lanzó con todo a por su sueño. Ahí ya superaba la treintena.

Comenzó su camino en los Mamelodi Sundowns, equipo más laureado  del fútbol sudafricano, aunque sólo realizó una sesión de entrenamiento.

Luego probó con el Borussia Dortmund, donde anotó este gol de cabeza, “Si quiere llegar al máximo nivel todavía tiene mucho trabajo que hacer”, dijo el técnico Peter Stöger.

En verano fue al Strømsgodset noruego para un amistoso contra la selección de Noruega Sub-19. Jugó 20 minutos como delantero, sin marcar.

Su gran oportunidad llegó en Australia con el Central Coast Mariners. Le permitieron entrenar “indefinidamente” e incluso pudo marcar un doblete en un partido de pretemporada.

El club australiano le llegó a ofrecer un contrato profesional, pero Bolt lo rechazó por no cumplir sus demandas salariales. Ese fue el fin de su carrera.

Años después se arrepintió de ir  a Australia. “Quería irme lejos pero lo correcto era quedarme en Europa porque había equipos mucho mejores”.

Desde entonces el jamaicano ha participado en partidos benéficos para quitarse la ‘espina’ de no poder dedicarse al fútbol. Hasta este último, en el que se ha lesionado.

Su edad, los continuos saltos  entre clubes y un físico entrenado  para carreras cortas y no para noventa minutos, fueron las claves para que  esta intentona no saliera bien.